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viernes, abril 18, 2008
Les petites lettres

(Fotografías de Robert Dosneau)
(Textos de distintas épocas y protagonistas)


Reencontrar-se…

Emoción de saberse unida al mismo mundo
Regocijo del arraigo al útero materno
Convencimiento de que la vida es un espiral infinito
Esperanza de sabiduría de círculos virtuosos
Ánimo de creer en la historia justa y sabia
Luces para creer que nunca es nunca más.

Porque:

Nunca los perdí, nunca me perdieron… la vida fue la perdida durante todos estos años… allí estuvieron todos, después de estar tan juntos y tan separados y hoy reencontrados…
Que alegría siente mi corazón de los tantos abrazos dados, NUNCA FUERON EN VANO, NUNCA SERÁN PASADO.


¿Enamorarse?

Como las nubes llegaste, te quedaste, me inundaste y estoy esperando el sol...Eres como el árbol de mi niñez que permitía perderme en sus ramas,eres el océano lejano y profundo, el abismo misterioso, el hielo antártico que por fin me despierta, me congela, me destapa, me atormenta... Eres y eres... eres tan real que me espanta.


Aprendizajes necesarios

"Algún día, cuando dominemos a los vientos, a las olas y a la gravedad, dominaremos, en nombre de Dios, las energías del amor; entonces, por segunda vez en la historia del mundo, los hombres habrán descubierto el fuego".

"Como un ser inconcluso y consciente de su inconclusión, el hombre es un ser de la búsqueda permanente. No podría existir el hombre sin la búsqueda, como tampoco existiría la búsqueda sin el hombre" (Paulo Freire).



Entre nosotros siempre fue "tarde"

Tarde fue el primer beso, tarde las palabras de amor y de perdón, tarde las propuestas de matrimonio, tarde el dolor, tarde las caricias, tarde el único viaje que importaba, tarde fueron todas las caminatas de día domingo que nunca llegaron, tarde las sonrisas, la fuerza de dejarlo todo, tarde mi humildad para decir "te amo", tarde tu agonía infinita de pesares, tarde la tarde que te fuiste y tarde la tarde que nunca más volviste. Tarde aquella en el Cuzco que te anuncié que me iría, tarde las horas que te esperaba en la cama, tarde el grito de "vamos" "somos", "siempre seremos", tarde la noche aquella que supe que jamás sería en esta vida.



Las mañana en Providencia

Cómo adoro mirar las librerías, sentarme en los café con ese exquisito aroma que llena de un agradable sentido todas las palabras. …me encamino lento pero seguro a los recovecos del Drugstore, y en eso a saborear un café en el The Crepe Café, escuchando los tonos de Mozart y Vivaldi, cuando están las mañanas culturales y se llena de violines.


 
posted by Victoria Lantter at 10:54 p. m., |

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