jueves, abril 26, 2007
Tributo a Alberto Rubio Riesco
Un poeta que llegó a mí por un sobrino falso
“Mi corazón se siente oblicuo ante esta niña
Se ladea dorándose, y verde, siente alas”
Hace tres décadas, el entonces joven Alberto Rubio publicó su primer libro de poemas: La Greda Vasija, que dejó la evidencia inmediata y sólida de un gran creador....
Un poeta que llegó a mí por un sobrino falso
“Mi corazón se siente oblicuo ante esta niña
Se ladea dorándose, y verde, siente alas”
Hace tres décadas, el entonces joven Alberto Rubio publicó su primer libro de poemas: La Greda Vasija, que dejó la evidencia inmediata y sólida de un gran creador....
A más de 30 años de aquel libro, aparece el presente, segundo y último. Decisivo: una especie de
Quevedo moderno, con esguinces robustos y locuciones plenas de sentido, aunque trastocadas por el estilo del poeta chileno, no parecido a nadie entre nosotros. Aquí se echa mano del noble verso endecasílabo, agrupado en tercetos, pero más frecuentemente en sonetos; perfectos en su calidad humana y lírica, en su nupcia de fondo y forma. ...
Hay en Rubio un humor negro, muy español y quevediano también; una serenidad recia de gran estirpe estoica, más que cristiana; un dolor trascendido por la belleza. Ante la desgracia del hijo (poeta también), muerto al caer de una ventana, erige un poema ejemplar, el último de Trances: "¿Se cumplió un vaticinio de gitana? / ¿Todo ha sido tremendamente cierto? / ¡ Cómo fuiste a caer, hijo de lana! / Me enfurezco: te has muerto".
Alberto Rubio, nacido en 1928, pertenece a la Generación del 50, en la que también destacaron Enrique Lihn, Jorge Teillier, Efraín Barquero, Oscar Hahn.
En: http://www.letras.s5.com/albrubio080602.htm
GALÁN
Tanto tiempo que esperan esas flores
vagas, alertas desde los rosales,
ser envío de amores
secretos, potenciales
en culpas atrasadas
que no han nacido y viven desahuciadas.
Así no sé de males
míos, pero me importarán los daños
a las probables víctimas de engaños:
las rosas en esperas
de ser las verdaderas
rosas que envíe yo, ¡ por tantos años!
¿Mi vida existe verdaderamente
fundada en esa imagen del envío
tan irreal a fuerza de pendiente
como cosa inventada a mi albedrío?
Para mí el mundo vive si lo siento,
nutrido por mi propio sentimiento.