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jueves, abril 08, 2010

CEVA

El teorema de Ceva. " Las rectas que unen los vértices de un triángulo con un punto cualquiera, determinan sobre los lados seis segmentos tales que razón formada por el producto de tres de ellos sin extremos comunes, con el producto de los otros tres es igual a -1 "


guaffff... q cosa más fome!!!

Para mí CEVA es: Centro de Vacaciones.

Se localiza en la 5º región y es una de las experiencias más lindas de mi vida.

El CEVA estuvo anoche en mis sueños, estábamos en San Felipe arriba de un camión lleno de jóvenes que nos dirigíamos hacia un lugar a hacer trabajos voluntarios con temporeras (en la realidad son trabajos con niños de villas vulnerables).

Recuerdo que tenía 14, quizás 13 años, cuando comenzó esta idea de juntar un lote de jóvenes católicos (o conscientes socialmente al menos) para llevar unas mini vacaciones a chicos que no las tenían, especialmente hijos de madres temporeras que pasaban los meses de verano solos, a veces encerrados, en sus casas.

La idea venía de Quilpué, donde un cura había motivado a algunos lolos para desarrollar esta bella labor.

Era 1 semana de "capacitación" que más parecía entretención organizada, pues aprendíamos a jugar, a cantar, a bailar, algo de primeros auxilios y chispas de "psicología social e infantil". A esa edad me parecía hasta intelectual ver esos "ramos" que hacíamos en un patio de colegio en pleno enero.

A la semana siguiente y durante 2 semanas, nos íbamos de a grupos (entre 15 y 20 jóvenes) a los colegios municipales (básicos con número por lo general) a trabajar.

La pega implicaba recibir a todos los niños del entorno y brindarles una entretenida tarde de juegos y "evangelización", junto con unas ricas onces que nunca estaban de más, pues claramente muchos de ellos iban sólo por esa colación.

Recuerdo que en algunos momentos llegaron hasta 400 niños, o más, las salas colapsaban, los "tíos" no sabían con entretenerlos, las colaciones nos faltaban, incluso alguna vez recolectamos cartones para vender y hacer más dinero para comprar materiales.

Y pienso como yo, de 15 o 16, junto con otros de la misma edad, nos haciamos cargo de "coordinar" todo eso, de hacerlo feliz y con un corazón hinchado de cariño y dedicación.

Terminábamos agotados, totalmente cansados al final de cada jornada, donde cantábamos el himno, CEVA es un himno al amor bip - bip, CEVA entre risa el dolor ja-ja, bip bip. Aún así despedíamos a cada niños con abrazos y besos.


Anoche soñé que era verano y estaba en el CEVA, con muchos amigos, que era feliz y me sentía llenita del alma.

Quizás ahora sea menos católica, quizás; pero tengo la convicción de que dios existe, porque lo he vivido, lo ví en esas tardes que teníamos a 20 cabros chicos arriba de los techos de pizarreño y nunca nadie se cayó; cuando entre nosotros nos despiojábamos sin vergüenza; de las caras cuando hacíamos la reunión final con la ansiedad de saber que dirían de nosotros en el correo de las brujas.

Tengo 32 y me sigo emocionando con ese pasado feliz, ingenuo, pleno.


(Tengo todas las imágenes de aquellos tiempos en mi cabeza, pero aquí, en esta oficina, ninguna que pueda hoy compartir con ustedes, pero pueden imaginarlas: un prado verde, una laguna y un lote de adolecentes jugando a la pelota).
 
posted by Victoria Lantter at 12:56 p. m., | 0 comments